Me parece imprescindible y esencial iniciar nuestra visita por la capital francesa.
París, Ciudad de la Luz, que ha sido mencionada por los más grandes escritores por su belleza, su historia, su romanticismo, pero también por el estilo de vida artístico y libre que tantas veces se asocia a quienes vivieron o pasaron por allí.
Caminar por París es poner nuestros pies en las huellas de los escritores y sus personajes: de un barrio a otro, descubrimos una ciudad “habitada” por sus héroes, encantada por sus artistas. Por tanto, nuestro pequeño paseo transcurre por los lugares emblemáticos de París y su contribución a la literatura de la ciudad. De hecho, no hay ningún otro sitio como París para descubrir la relación tan estrecha que se da entre la literatura y sus lugares comunes.

Idea creativa de la ruta y selección de cuentos: Chelo Veiga.

¿Qué es una ruta literaria? Un recorrido por los espacios en que se desarrolla una novela u obra literaria.
En este caso quisimos encontrar en nuestro Campo san Francisco elementos que nos pudieran llevar hacia los cuentos del escritor danés, recordar sus cuentos y conocer un poco más un elemento tan importante de la ciudad, el Campo.

Qué tediosa se le había vuelto la ciudad. El transcurrir de los años, treinta y cuatro ya, había engrosado el lastre con que aquella sociedad provinciana te cargaba no bien nacías. La familia primero, la Iglesia después y siempre las buenas costumbres se ocupaban de imponer las leyes con que Oviedo te condenaba a la normalidad. Si una vez creyó poder liberarse, ya no era tiempo de rebeliones.

Elaboración de la ruta y selección textos: Victoria R. Gil
Fotografías: Archivo Municipal de Oviedo. Colecciones de imágenes. Oviedo en blanco y negro.