El estado de alarma decretado para gestionar la crisis sanitaria ocasionada por la covid-19 obligó a cerrar las bibliotecas y a suspender todas sus actividades. Las bibliotecas estuvieron cerradas en su espacio físico pero mantuvieron la actividad en un espacio virtual que la crisis reforzó y amplió. Buena prueba de ello son los clubes de lectura, que sustituyeron los libros de papel por libros electrónicos y las reuniones presenciales por reuniones virtuales.
Como ya se contó en un post publicado el pasado 5 de marzo, en la biblioteca José María Laso Prieto (Ventanielles) se reunían semanalmente dos clubes de lectura fácil compuestos por personas residentes en la Casa de Encuentro y Acogida de Cáritas uno de ellos y por personas inmigrantes, el otro. Fue con este último con el que se decidió continuar la actividad ya que las especiales condiciones y dispersión del grupo del CEA lo hacía prácticamente imposible.
En un primer momento se formó un grupo de WhatsApp en el que se incluyó a todas las personas interesadas en participar. La idea inicial era, como ya se había hecho con otros grupos, proponer lecturas digitales y mantener encuentros virtuales a través de algún programa para realizar videoconferencias como Zoom o Skype.
Esta idea presentaba dos dificultades. La primera era la escasez de materiales de lectura fácil en formato digital. Esta dificultad podía superarse gracias a la oferta de la página Planeta Fácil de Plena Inclusión. La segunda dificultad fue insalvable: falta de medios técnicos, conexiones inestables o inexistentes y menores en casa que reclamaban atención: “mi móvil no descarga programas”, “lo veo imposible para los que tienes niños pekeños en casa”, “telephono no espacio”, “no siempre conecto”… fueron algunas de las respuestas a la propuesta. Así pues, WhatsApp se convirtió en la herramienta fundamental de una comunicación con tres ejes principales: la lectura, la práctica del idioma y el apoyo mutuo.
La lectura: Se elaboraron y enviaron documentos de lectura que incluían enlaces a los libros propuestos, información sobre la obra y el autor así como otros enlaces de interés. El Quijote, como obra fundamental de la literatura española y El principito por su mensaje positivo en tiempos difíciles, fueron las obras elegidas.
A mediados de mayo, eBiblio Asturias incluyó entre sus fondos libros en lectura fácil de la editorial Almadraba. Esta buena noticia no podía pasar desapercibida, de modo que se elaboró un documento explicando cómo acceder y localizar los libros en la plataforma .
Se compartieron, además, diversos recursos que permitían el acceso a lecturas electrónicas en otros idiomas e infantiles.
El idioma: Uno de los objetivos fundamentales de este grupo es mejorar el dominio de la lengua española. Por ello, además de la lectura, se hizo especial hincapié en la búsqueda de recursos gratuitos y de calidad para el aprendizaje y la práctica del español.
El apoyo mutuo: El confinamiento resultó en algunos casos muy duro. A través del grupo, además de lecturas y recursos, se compartieron tristezas, mensajes de ánimo, recomendaciones, recetas… Celebramos el Día del libro con regalos en forma de tarjetas, videos, poesías, recuerdos de lecturas juveniles; celebramos y nos felicitamos el Día de la madre; celebramos también algún cumpleaños. Intentamos, en fin, mantener el contacto y la cohesión para volver, cuando volvamos, con la sensación de que esto no ha sido nada más que un paréntesis.
Agustina Álvarez Julbes. Ayudante de bibliotecas. Biblioteca José María Laso Prieto (Ventanielles)
La búsqueda a través de la editorial que se propuso en este documento dejó de ser necesaria cuando todos los libros de lectura fácil se incluyeron posteriormente en un mismo “escaparate”.
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