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Hablando de cine: clubs de cine en la Red de Biblioteca - Blog de la red municipal de bibliotecas

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Hablando de cine: clubs de cine en la Red de Biblioteca

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Hablando de cine: clubs de cine en la Red de Biblioteca

El importante papel que las Bibliotecas Públicas han tenido a lo largo de su historia como receptoras, conservadoras y seleccionadoras de contenidos culturales de calidad en cualquier soporte para los/as ciudadanos/as a los que da servicio, ya nadie lo pone en duda. Sin embargo, desde hace muchos años, este papel se ha visto altamente superado por el de convertirse en espacios dinamizadores de esa cultura y centros de encuentro y cohesión social de las comunidades en las que se inscriben. Los contenidos de calidad no sólo hay que seleccionarlos y conservarlos, hay que hacerlos llegar a la ciudadanía a través de su difusión y su dinamización para que los descubra, los disfrute, los comprenda, los comparta, en definitiva, los viva y se “nutra” de ellos.

Este rol de la biblioteca como brújula que orienta a las personas usuarias hacia los contenidos culturales dentro de la ingente cantidad de producción en diferentes formatos, es una de las labores que con más convencimiento e interés desempeñan y defienden, sin duda, los/as profesionales bibliotecarios/as en la actualidad. La Red de Bibliotecas Públicas Municipales de Oviedo, a través de su Coordinadora Chelo Veiga, demuestra día a día su interés y su convencimiento en acompañar a los/as ciudadanos /as a los/as que sirve, en esa búsqueda de la Cultura con mayúsculas, y está siempre abierta a la materialización de propuestas que hagan efectivo este objetivo.

Por esa razón, no dudó en facilitar y apoyar la realización de este proyecto, “Hablamos de cine”, cuando el bibliotecario de la Biblioteca Pública Municipal de Villa Magdalena, Manuel Lana, y yo misma, le propusimos la idea de crear un club en torno al cine. El club se puso en marcha en marzo de 2018 con el propósito, en primer lugar, de potenciar el uso de la colección de materiales audiovisuales de dicha biblioteca, y, por extensión, de las colecciones audiovisuales de las bibliotecas integrantes de la Red de Bibliotecas de Asturias, y rescatar títulos de las mismas que, si bien gozan de gran calidad, no eran demasiado conocidos y prestados; y en segundo lugar, ayudar a los/as usuarios/as, que así lo desearan, a convertirse en espectadores más conscientes. La conveniencia de lugares y tiempos para el aprendizaje y la reflexión como el que proponemos desde el club de cine “Hablamos de cine”, nos parecieron fundamentales en estos momentos: son un oasis para la reflexión y el encuentro entre personas ávidas de aprender mirando de otra manera frente a películas que nos reflejan como un espejo y nos invitan a mirar diferente.

Las dinámicas del club de cine son sencillas y similares al punto de partida de un club de lectura: gracias a las colecciones de la Red de Bibliotecas de Asturias y a su servicio de préstamo interbibliotecario, cada una de las sesiones quincenales se dedica a un título propuesto, que previamente los participantes deben ver en sus casas, y que se comentará y analizará en la reunión correspondiente. Cada película se selecciona porque presenta un interés concreto, bien por su planteamiento estético, bien por su significación dentro de la Historia del Cine, etc. y va a ser un punto de partida perfecto para poder ahondar o ejemplificar determinados conceptos y hablar de las filmografías de algunos directores. Pero en “Hablamos de cine”, el lenguaje cinematográfico es el verdadero protagonista: nos obligamos a ir más allá de los argumentos para reflexionar sobre los modos de hacer y comunicar. ¿Cómo podemos realmente apreciar una película, una obra de arte total en la que intervienen diversos y muy variados campos, si apenas nos detenemos a contemplar todas sus piezas?

En la actualidad, algunas cosas han cambiado: la situación de pandemia mundial desde marzo de 2020 nos mantiene en casa, un poco más solos y alejados de las salas de cine, y ya no nos reunimos quincenalmente en torno a una mesa en la biblioteca de Villa Magdalena. Las películas ahora las vemos a través de la plataforma de cine en streaming de la Red de Bibliotecas, Efilm Asturies, pero seguimos disfrutando con las infinitas propuestas que este arte nos ha regalado a través de sus años de existencia. Seguimos también viéndonos las caras, escuchándonos con atención, aprendiendo y riéndonos, aunque sea a través de una pantalla desde nuestras casas. En estos tres años, nuestros ojos y nuestra forma de ver se han ido modificando, como repiten a menudo los participantes, no sin sorpresa, y durante este confinamiento, asistimos al nacimiento de un hermano pequeño, el Club de cine de la Biblioteca Sara Suárez Solís (PumarínTeantinos) que desde abril de 2020 se desarrolla en paralelo con la misma ilusión y el mismo entusiasmo y compromiso.

El pasado 28 de diciembre, se cumplieron 125 años de la primera proyección pública del cinematógrafo de los hermanos Lumière y desde ese primer impacto visual, nuestra sociedad se ha ido familiarizando con las imágenes en movimiento y todo tipo de estímulos visuales, llegando a poder afirmar que el siglo XXI es el siglo de la imagen. Sin embargo, en mi opinión, al mismo tiempo que la imagen ha ganado terreno en nuestras vidas, se ha empobrecido y desvirtuado la experiencia y la magia del cine. Resulta paradójico que, si bien, en un momento en el que consumimos productos audiovisuales hasta en nuestros teléfonos móviles, el conocimiento del lenguaje de este medio y nuestra reflexión y análisis sobre lo que vemos no ha ido parejo. Podemos afirmar que cuanto mayor es la facilidad para consumir y escoger contenidos visuales menor es la esencia que destilamos y extraemos de nuestra experiencia visual (en consonancia quizá con la inercia imperante de usar y tirar, de las prisas y la superficialidad que se extiende por los distintos aspectos de nuestra sociedad). Por esa razón, nos parece que es fundamental que existan iniciativas como ésta, promovidas por la bibliotecas públicas, que siempre están receptivas a las necesidades de los ciudadanos y de los tiempos, en avanzadilla y, muchas a veces, hasta contracorriente, que nos ayuden a conocer otras excelentes cinematografías, otras propuestas estéticas y éticas, otros lenguajes, otras realidades, porque en definitiva, cuanto más ricas sean las visiones de las que nos nutramos, más desprejuiciado e inclusivo será el camino de culturización que necesitamos para no parar de aprender nunca.

Mientras las bibliotecas públicas nos alimenten, nos orienten y vayamos de su mano, no sólo no estaremos perdidos en este mundo tan poco sólido, si no que nuestras almas crecerán más seguras y fuertes.

Sara Marcos. Coordinadora de los Clubs de Cine de la Red de Bibliotecas del Ayuntamiento de Oviedo

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